Coral soportó un matrimonio brutalmente abusivo de más de 25 años. Sus únicos recuerdos del matrimonio eran años de abusos físicos, emocionales y psicológicos. Coral estaba destrozada. Tenía muy baja autoestima y no miraba a nadie a los ojos.
Su única escapatoria a un lugar seguro fue durante un incidente en el que un vecino llamó a la policía después de que Coral recibiera una fuerte paliza. La policía arrestó a su pareja y le dio a Coral una Orden de Protección de Emergencia y recursos contra la violencia doméstica en su comunidad. La pusieron en contacto con los Centros de Recursos Familiares de Minnie Street y Corbin para que recibiera ayuda. Rápidamente pudo inscribirse en nuestros servicios de defensa jurídica, ya que no tenía ningún conocimiento, o muy pocos, sobre sus derechos o los recursos disponibles para sus dos hijos. Admitió que se sentía inexistente y que no sabía cómo ayudarse a sí misma ni a sus hijos.
Al principio, Coral insistió en que no quería el divorcio ni una orden de alejamiento porque le preocupaba que sus hijos la odiaran. La defensora le proporcionó formación sobre planificación de la seguridad, derechos de vivienda, custodia, divorcio y orden de alejamiento. Después de trabajar con la defensora durante un mes, decidió que quería el divorcio.
Coral está ahora en el proceso de finalizar su divorcio. Aunque fue una decisión difícil de tomar, Coral sabía que era un paso necesario para reclamar su poder y tomó una decisión poderosa y solicitó una DVRO por su cuenta. Después de trabajar con la defensora jurídica y conocer sus derechos, la autoestima de Coral empezó a mejorar. Empezó a mirar a la Defensora Jurídica a los ojos. Incluso rechazó necesitar acompañamiento judicial cuando quiso presentar una DVRO y le dijo a la defensora que se sentía "lo suficientemente fuerte como para hacer lo que sé que tengo que hacer". Puede que a Coral le quede un largo camino por recorrer, pero sabe que no está sola y reconoce que cuenta con las herramientas necesarias para tener éxito.